Cuando deseas algo mucho, solo tienes que ir por ello, es que otra forma no hay, de hecho eso que deseas no vendrá por ti, pero… si tienen la forma para que así sea por favor contamela. Básicamente el deseo de conocer esta ciudad fue lo que nos motivó a hacerlo, estábamos en Bruselas, Bélgica, estaba anocheciendo y nos dimos cuenta que nos ingresa un consumo en nuestra tarjeta de crédito por el auto que habíamos alquilado, ustedes dirán, pero eso es algo normal y la verdad que al pensar eso no se equivocan, salvo por el pequeño detalle de que la cifra tenía un cero más… entonces nada, estábamos en un país donde no hablaban nuestro idioma (español, aclaro por si no lo notaron)  y casi nada de inglés… Sara lloraba, la conexión WIFI del hotel era muy mala y el recepcionista no entendía que nosotros necesitábamos hacer una llamada. (al negocio donde alquilamos el auto, que estaba a varios kilómetros de ahí) en ese momento por un instante dijimos nos quedamos aquí, no vamos a Holanda, en un auto alquilado, Sara es muy chica…que hacemos? Etc, etc, etc.

Y es lo que le puede pasar a cualquiera no??? Pero de nuevo, y es que por eso así comienzo este post, el deseo nos movilizo tanto que horas más tardes nos topamos con el siguiente cartel…


Los deseos sobre una reja húmeda, despojo de un clima florido, personificados por un candado. Fue inevitable que nos detuviéramos un momento sobre el puente de uno de los tantos canales de Ámsterdam, solamente a contemplar los colores de las preciosas flores, el verde de los árboles, todas aquellas personas ancladas en sus rutinas y nosotros ahí siendo espectadores de algo mágico, espectadores tan curiosos de cosas tan simples, tan cotidianas.

Las bicicletas de nadie y a la vez de todos, imagen que quedó grabada en mi memoria, aun no sé por que, y no deseo darle mi tiempo analítico, pero me recordó a mi infancia. No sé, ellas quietas ahí, tal cual lo refleja la foto, esperando andar.

“She is the pilot” dijo un chico que paso caminando a nuestro lado, ella es la piloto, y si, es así como viajamos, como recorremos, una silla de ruedas, Nati sobre ella, Sara en su falda, y yo propulsando. Él se refería a que Sara es la piloto y sin duda que si! Y eso tiene el viajar, intercambiaras palabras con desconocidos, tomaras fotos en una carnicería, no me imagino haciendo una foto en un supermercados en Rosario.

Anduvimos todo el día en auto y a pie/silla :), sólo recomendamos si van a viajar a Amsterdam con silla de ruedas que vayan descansados y con paciencia, sortear el tránsito de la ciudad entre tranvías, autos y bicicletas hace del minuto a minuto un tanto vertiginoso, ya que compartir con tantos vehículos la ciudad entre calles de adoquines movidos se hace tedioso. Es necesario ir acompañados con alguien quien tire de la silla para sortear ciertos escollos.

Los baños adaptados o baños en donde entre una silla de ruedas escasean, también es una deuda pendiente de la ciudad. En parecencia del tercer componente de viajeroya.com (Sara) fue necesario realizar un cambio de pañales lleno de lo segundo (popo) en búsqueda de un baño vimos una casa muy  famosa de comida rápida  y fuimos decididos a usar el cambiador de bebes. Situación: 1- El cambiador esta en el baño de mujeres. 2- La silla de ruedas no entraba por la puerta. 3- En el baño de hombres los cambiadores habían sido abducidos por naves extraterrestres semanas atrás, estas muy patriarcales. 4- Después de pagar un peaje en euros para ingresar a la zona de pipi a una extraña mujer mayor vestida con un guardapolvo blanco, decidimos finalmente hacer el cambio de pañal sobre un mullido sillón con apenas un poco de privacidad. Lo sentimos por los que almorzaban en las mesas aledañas, que sin duda reían con nosotros de la situación.

Después de recorrer por horas los tres en silla de ruedas y entendiendo que con el auto de alquiler nos perderíamos el divino sabor de esa increíble ciudad decidimos hacer el paseo de crucero por sus hermosos canales. Preguntamos en al menos tres puestos de venta de tickets y ninguno nos ofrecía poder utilizar sus servicios, ya que no contaban con acceso para silla de ruedas, hasta que….. encontramos los humanos empáticos que siempre hay en el mundo dando vueltas por ahí, un señor muy amable y dispuesto cargo la silla y Sara y Naty desde una plataforma eléctrica ingresaron al barco. Les copio la web del canal cruise adaptado 🙂  www.blueboat.nl

Y bueno que decirles, desde la vista exterior de la casa de Anna Frank, el Hard Rock, NEMO, barrio de Joedaan y tantos recuerdos que quedaron grabados en nuestra memoria pareciéndose a una película.

El lugar sin duda te deja un saborcito en la boca que sentirás varios días, algo mágico que queda dándote vueltas en la cabeza, si bien tiene ese tinte de ciudad temática, con su zona roja, algunas drogas legales, el barrio judío, sus queserías, bicicletas, canales mas bicicletas, sus calles que parecen un desorden completamente ordenado, es como un sueño echo realidad aunque no lo hallas soñado.

Mucho me han preguntado si volvería, si bien digo que viviría en cada ciudad en que conocido, la realidad es que en esta si, aunque sea algunos meses. Amsterdam es así, tal cual su paso por nuestras vidas, casi no planeado, un plan pospuesto echo realidad, un verdadero sueño no soñado, con sabor a joven, a libertad es una ciudad que invita a despojarte de tus miedos….

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